“El dolor marcaba aquella tarea de escribir.”

Periodismo con memoria: Alejandro Mareco trabaja en La Voz del Interior desde 1985 y dedica su profesión a reivindicar los Derechos Humanos.

Premiado por la Sociedad Interamericana de Prensa en la categoría “crónica”, Alejandro es el periodista y escritor que cubrió los juicios por delitos de lesa humanidad en Córdoba, como la megacausa “La Perla”. Su vida está atravesada por las dictaduras militares, en su niñez vivió el gobierno de facto de Onganía. Luego, a partir de 1976 la dictadura de Jorge Videla. Su mamá permanece desaparecida desde 1979 cuando fue secuestrada y conducida a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

¿Cuándo te diste cuenta que querías ser periodista? ¿Qué te atrajo?

“Es por el lado del oficio de escribir. Siempre había sido un lector de diarios, mientras escribía textos, poemas, algún cuento. Ingresé a La Voz del Interior en 1985. El oficio de la redacción ya me había atrapado y se volvió una pasión intensa”.

¿Desde cuándo te interesan los hechos de índole social?

“Casi desde que yo recuerdo. Mi madre, María Rosa, docente con sólida y variada formación, era una mujer muy inquieta por los temas políticos y sociales. Nací en 1963, y mi primera infancia fue durante la dictadura de la Onganía-Levingston-Lanusse. Mis maestras de tercer y cuarto grado llamaron a mi madre para advertir sobre algunos dibujos”.

¿Qué fue lo que te hizo involucrarte con los Derechos Humanos y los juicios?

“Mi madre permanece como desaparecida; fue secuestrada en Buenos Aires y conducida a la entonces ESMA. Yo mismo estuve preso un par de semanas en 1979, en manos del Ejército (...) estaba atravesado por esta historia. Sin embargo, le rehuía un poco a los juicios para evitar atravesar dolores siempre abiertos”.

Ese anclaje personal a ahondar en los hechos sociales que avasallan los Derechos Humanos ¿Fue lo que te hizo querer ser periodista?

“No veía con buenos ojos el modo en que parte del periodismo solía tratar algunos temas. Un vez en la redacción me apasionó la posibilidad de ver, vivir, luego interpretar y por fin comunicar. (...) La cuestión social, el dolor de los atropellados, las heridas por la tremenda historia que se había vivido durante la sangrienta dictadura, estaban siempre en mí”.

¿Cuáles fueron los tres momentos que marcaron tu carrera?

“Más que momentos, lo que se me viene a la evocación son trabajos. La cobertura de la megacausa La Perla, la columna “Albures argentinos” y “Argentinos del Bicentenario” una propuesta mía que implicó recorrer las 24 provincias tomando testimonios de gente común. Además, con el trabajo gané el premio SIP en la categoría crónica”.

Tuviste un modo particular de cubrir los juicios de La Perla, contanos cómo lo hacías:

“Siempre preferí estar dentro de la sala de audiencia para captar mejor los ánimos. Mi cobertura se materializó con una columna de fin de semana. Tomaba algo de lo vivido en la audiencia que me conmoviera y me permitiera desarrollar pensamientos, el intento de una mirada profunda. El dolor marcaba aquella tarea de escribir. Era imprescindible tratar de llegar a lo hondo del espanto para poder contarlo”.

¿Cuáles fueron los testimonios/situaciones que más te marcaron o impactaron?

“Ver la mirada de Silvina Parodi proyectada grande en el fondo de la sala. Había en esos ojos en blanco y negro una mezcla de cosas: desde la vitalidad de sus veinte años, hasta la pátina de ausencia soledad que el tiempo había dejado en la foto. María del Carmen Claro, en el marco de la Causa Montiveros, rompió un largo silencio de más de 40 años y por primera vez contó haber sido violada cuatro veces en la D2”.

¿Cómo ves la relación actual de los medios de comunicación con los DD.HH?

Creo que el tema sigue ocupando un lugar de atención, aunque con distinta intensidad según los medios, cada recuperación de un nieto por parte de Abuelas de Plaza de Mayo suele ser una noticia nacional. La contundente manifestación de una inmensa mayoría en mayo del 2017 ante la decisión de la Corte Suprema de aplicar el beneficio del dos por uno a los represores, puso las cosas muy claras respecto al sentimiento de la sociedad”.

¿Cuál es el rol del periodista en relación a los Derechos Humanos?

“Si el dolor no dejara enseñanzas, tanto en las personas como en las sociedades, la aventura humana sería absurda. Los periodistas debemos asumir la tarea de ponernos del lado de los que sufren atropellos, violaciones a sus derechos. Y muchas de estas cosas pasan en este tiempo”.